7 de diciembre de 2024.
Se llegó el día tan esperado por muchos niños, niñas y familias colombianas: el Día de las Velitas.
Hoy nos reunimos con seres amados, amistades y familiares, celebrando con deliciosa comida, música y velitas. Pero, ¿sabes algo? No se trata solo de prender velitas y hacer bolitas de cera, candeladas gigantescas y demás. En realidad, cada velita encendida lleva consigo ilusiones, esperanzas, deseos profundos, agradecimientos e, incluso, en ocasiones, tristezas que deseamos soltar y despedir mientras la velita se consume y nos regala su parafina.

Este 7 de diciembre escribo para desearte de todo corazón que todos esos deseos que quizás no le cuentas a nadie, que aquella ilusión que elevas al cielo al prender alguna velita esta noche, y que toda tristeza que desees soltar mientras la llama te acompaña, te dejen el corazón y el alma llenos de paz.
Y a ti, mi querido o querida lector(a), que quizás no compartes esta tradición de la Noche de las Velitas, te invito, si deseas, a que esta noche invites a quienes desees tener contigo. O realiza esa llamada a esos seres que aprecias, amas, extrañas y quieres sentir cerca. Invítalos a encender una o muchas velitas llenas de propósito y libertad. Incluso, ¿por qué no? Aprovecha y enmienda relaciones rotas, perdona o pide perdón, y deja ir todo en el fuego que consume a la velita.

No sé por qué, pero sentí un deseo enorme de compartir contigo este mensaje hoy, mientras organizo mi casa para la hermosa celebración que tendremos mi esposo, mis hijos e hijas esta noche en nuestro hogar.
Desde el otro lado de la pantalla, te envío un fuerte abrazo y te prometo que esta noche encenderé una velita por ti, donde quiera que estés.
Gracias por leerme. Espero volver a escribirte pronto.

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