No es un lujo. Es una necesidad (la salida pues 😉)
Todo lo que necesite para sentirme yo otra vez fue eso, una salida. Dos para ser honesta. Dos en el periodo de semana y media.
Y es que no importa lo que nadie más diga, si hay algo en lo que todas, las madres, podemos coincidir es en lo difícil y demandante que es la maternidad. Y hablo de la maternidad porque es el área en el que tengo experiencia, sin por ello querer devaluar lo que implica la paternidad. Simplemente considero que ese es un tema del cual solo un padre puede hablar con autoridad. Y eso que solo desde su individual experiencia.
Llevaba meses luchando una depresión que por un momento pensé que me ganaría la batalla. Llamémosla depresión postparto (asumiendo que ha sido el postparto el responsable de ello) meses en los que ya ni reconocía a la mujer que me miraba en el espejo. Luchando por congruir entre la madre/mujer que deseo ser y la que por las circunstancias, puedo ser.
¿Y sabes que? Hoy al llegar a casa después de salir un par de horas sin mis hijos, a hablar con mi hermana, tomarnos algo y reír, te puedo decir que llegue a casa recargada! Lista para lo que se venga el resto de la semana.
Oíste Caro y a mí ¿que carajos me importa eso? Pues mi querido, querida lector o lectora, comparto esto con la esperanza de que quizás alguna madre, que al igual que yo sienta esa necesidad inmensa de encontrarse, de compartir con otro ser humano adulto, con quien poder hablar de lo maravillosa y a la vez estruendosa que es la maternidad. Deseo que aquella mamá que quizás ha querido salir a darse un respiro, pero no lo hace por el que dirán, porque el sentimiento de culpa a veces nos gana, porque esa pelea entre el «necesito un tiempo a solas» y «no me quiero perder ni un minuto con ellos» a veces gana la batalla y terminamos por no salir. Sepa y vea que a veces, esa salida a tomar aire, es todo lo que necesitas para continuar dándolo todo de ti por esos pequeñines que te necesitan.
¡Si! No voy a negar que cada que salgo me siento la peor madre y esposa del planeta. Pero en realidad soy simplemente humana. Necesito reconectar conmigo, escuchar cuando mi cuerpo y mente me piden desesperadamente un break, un cambio de escenario. De compañía. Un simple respiro, lejos del ser necesitada y tocada 24/7. Y ¿sabes algo más? Es precisamente eso lo que te va hacer una mejor madre y esposa. Cuidar de ti hará que sea más fácil cuidar de los demás.
No esperes a tener un momento de quiebre para decir «ey! Necesito atenderme a mi» hazlo ahora. Es más! Si puedes hazlo cada semana mínimo una vez a la semana. Porque una mamá feliz, sana, recargada, es todo lo que tus hijos necesitan para recibir tu mejor versión.
Solo una salida requerí para volver a casa y ser la mamá que quiero ser y puedo ser.
No estás sola.
Gracias por leerme. Hasta la próxima.

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